TodavÃ?Æ?Ã?Âa estoy pensÃ?Æ?Ã?¡ndote come si estuvieras aquÃ?Æ?Ã? fÃ?Æ?Ã?Âsicamente con nosotros. Tengo recuerdos muy plÃ?Æ?Ã?¡ticas contigo amiguita, desde las mÃ?Æ?Ã?¡s cotidianas y simples hasta las mÃ?Æ?Ã?¡s profundas y espirituales. Estabas llenita de lindos consejos, cortesÃ?Æ?Ã?Âa, respeto, buen humor, esperanza y fe. Tengo el honor de haberte conocido desde hace casi una dÃ?Æ?Ã?©cada, pues fuiste una de las personas que me dio la bienvenida a Tulsa. A ti como ser Ã?Æ?Ã?ºnico, solo puede imaginar que si brindabas amor y paciencia a cuanto ser humano que nos cruzabamos en tu camino, solo alcanzo a imaginar el gran amor y profunda devociÃ?Æ?Ã?³n por tus hijitos, por tu esposito, por tus padres, hermanitas y toda tu familia extendida. Ayer pase un rato leyÃ?Æ?Ã?©ndote poemas para Ã?Æ?Ã?¡ngeles y la palabra de Nuestro Padre celestial en tu Ã?Æ?Ã?ºltimo aposento terrenal, me dio paz ver tu semblante irradiando luz, porque esa luz seguirÃ?Æ?Ã?¡ prendida en ti eternamente. Aunque duele la separaciÃ?Æ?Ã?³n, se que ahora tienes nuevos privilegios, entre los cuales puedes interceder por nosotros dondequiera que estÃ?Æ?Ã?© tu bella alma. Te quiero mucho y hasta entonces Marlencita.